¿Qué es la muerte digna?
La muerte digna, también conocida como ortotanasia se refiere a la actuación sobre la muerte de quienes tratan a pacientes con enfermedades incurables o que se encuentran en la fase terminal de alguna enfermedad.
La muerte digna plantea el derecho de una persona a morir dignamente sin la necesidad de sufrir agonía y principalmente el derecho a no vivir simplemente por el hecho de estar conectado a algún aparato médico que prolongue su vida cuando lo único que funciona es su corazón.
¿Quién puede decidir sobre la vida de otro ser humano? ¿puede uno saber y elegir cuándo es el momento de morir?
Estas preguntas son algunas de las que se plantea la gente al escuchar que alguien quiere para sí mismo o para un familiar una muerte digna. Vivimos en una sociedad en que la muerte es un tema tabú, no muchos se atreven a hablar de ella y prefieren dejar esa parte para los médicos. Pero ahí radica gran parte del problema, no todos los médicos están de acuerdo con terminar con la vida de un paciente aún siquiera cuando este ya no tenga más expectativa de vida. En Argentina no hay actualmente una ley que permita la muerte digna en una persona. El 9 de noviembre de 2011 se recibió un dictamen en las comisiones de Legislación y Derechos humanos que busca que lo pacientes con enfermedades irreversibles y terminales puedan rechazar procedimientos médicos desproporcionados a la perspectiva de mejoría. De ser aprobado el proyecto propuesto por el legislador del GEN, Gerardo Milman, modificará la ley 26.529 (que regula los derechos del paciente en su relación con los profesionales e instituciones de la salud) para incorporarle la figura de la muerte digna. Según La Nación, El texto aprobado ya había obtenido dictamen de la Comisión de Salud, por lo que la iniciativa quedó en condiciones de ser tratada en el recinto de la Cámara baja en lo que resta del año. El dictamen fue aprobado por unanimidad, lo mismo que había ocurrido en la Comisión de Salud.
El 15 de noviembre el presidente de la comisión de Acción Social y Salud Pública, Antonio Morante suspendió la reunión en la cual debía tratarse el proyecto sobre la muerte digna y dijo que iba a realizarse la semana siguiente
Casos más emblemáticos de los últimos tiempos en Argentina
- Camila, la beba de 2 años que no siente nada debido errores en el parto cimiento. Según la revista Viva, a la nena que se encuentra en estado vegetativo permanente en irreversible, el año pasado debían administrarle una dosis enorme de medicamentos para que mantenga sus signos vitales, la alimentaban con una sonda y la sentaban durante unas horas en una sillita de bebes. Actualmente pesa 10 kilos, ensucia pañales y necesita que la cambien. Camila no siente, vive porque está conectada. Selva su mamá pide una muerte digna para su hija. Habló con la misma revista y dijo: “Siento dolor, angustia, sufrimiento. Quiero que se termine la agonía. Tener un ser querido en estado vegetativo es como un está pero no está. Para mí la vida pasa por una sonrisa, por el gesto, por un movimiento que por mínimo que sea da indicios de que hay vida. Pero cuando vas a verla, la tocás y no hay respuesta. Es un martirio, es peor que ir a un cementerio. Yo, de todos modos tengo que seguir yendo a la clínica, tengo que llevarle pañales, cambiarle la ropa sucia por rompa limpia, lavarla, colgarla y volver a llevarla. Eso haría con un hijo sano obviamente, pero en estas circunstancias es demasiado triste”
- Melina. Tenía 19 años a la hora de su muerte pero a diferencia del caso anterior era consciente de lo que le pasaba y pedía una muerte digna. Cuando tenía apenas unos meses de vida le diagnosticaron Neurofibromatosis, una enfermedad congénita que no tiene cura. Unas manchas que tenía en la poiel fueron transformándose en tumores. Melina creció bien hasta los 3 años, a los 5 la operaron por primera vez. Solo las intervenciones de columna llegaron a ser 6 a pesar de que ella usaba un corset. Su madre, Susana Bustamante habló con la revista Viva y dijo: “fue un calvario horroroso”. Melina murió el 1 de marzo sedada después de una larga pelea en la que logró que se le reconociera su sufrimiento y se respetaran sus derechos como paciente. Tenía la columna quebrada, un enorme tumor en la espalda y una deformación que había afectado en el funcionamiento de sus órganos. Respiraba con dificultad, no se podía mover ni agarrar una taza, tampoco podía dormir. Permanecía arrodillada, sobre unos almohadones, llena de escaras, comiendo solamente un poco de yogurt. Susana habló para la revista en palabras de su hija y dijo: “”En la vida hay que ser práctica. O gana la enfermedad o gano yo. Acá el que decide es el paciente. Tengo que hacerle entender a la humanidad que vivir es un derecho, no una obligación. En la antigüedad se castigaba a los dioses con la eternidad” a comienzos de 2010 Melina firmó sus directivas anticipadas pidiendo no ser conectada a un respirador ni mantenida con vida. A fines de ese mismo año empeoró al punto de no poder salir del hospital Garrahan por lo que pidió ser sedada hasta el momento de su muerte. El Comité de Ética del hospital recién accedió a su pedido a fines de febrero de 2011.
- -Marcelo Diez. Tuvo un accidente de moto en 1994 seguido de una infección intrahospitalaria y está en estado vegetativo. Cuando murieron sus padres, sus hermanas empezaron a pedir el retiro de algunos soportes. Ahí empezaron las peleas con la institución donde está internado, que las amenazó con judicializar el caso porque habían retirado la kinesiología al mismo tiempo que habían pedido que no se le proveyeran antibióticos en caso de infección.
Estos casos hacen plantear qué es la vida realmente y si es posible tener una muerte digna dejando de lado las cuestiones religiosas y éticas que plantean los médicos.
La muerte digna no plantea una muerte en sí misma. Plantea mucho más que eso, es respetar el derecho de un paciente a morir sin sufrir, a evitarle el dolor a una familia entera de toda una vida de espera ante un estímulo de vida que nunca va a ocurrir porque el cuerpo ya no vive, tan solo su corazón. El avance de la medicina permite que los cuerpos sigan respirando manteniendo la cantidad de vida y no la calidad.
Entrevista a un médico traumatólogo
Que opinión tiene como médico sobre la muerte digna? es algo positivo o negativo en la sociedad?
Hay que definir muy bien qué es muerte digna. En un caso de muerte cerebral irreversible y confirmada, la decisión corre por cuenta del paciente, en el caso de haber firmado un previo consentimiento, o por cuenta de la familia, en el caso de que no lo haya hecho antes de estar en esta situación.
En el caso de una muerte digna que se refiera a una enfermedad terminal, la mejor opción es acompañar al paciente, ya sea el médico que lo trata como también un equipo de especialistas en psicología para que puedan llevar a cabo un seguimiento y lograr que este paciente transite sus últimos momentos de vida de la mejor manera posible. En el caso de no realizar este tipo de tratamiento, el paciente podría caer en una depresión de la que muy difícilmente salga y seria la manera menos deseada para morir. Considero que antes de permitir este tipo de muerte digna, hay que tratar al paciente y asesorarlo psicológicamente, al mismo tiempo hay que entenderlo y conocerlo, porque cada uno representa una persona en particular con creencias particulares y puntos de vista muy distintos. Por eso creo que la muerte es algo totalmente natural, y uno como médico no debería decidir cambiar ese momento, ya que llegará cuando tenga que ser.
- Mucha gente está en contra por motivos religiosos o por ideologías sobre qué es la vida. qué se le puede decir a estas personas para que logren entender por ejemplo casos irreversibles como el de Melina que falleció a principios de este año luego de 19 años de lucha y el de la beba Camila de 2 años que no está conciente absolutamente de nada?
Como dije antes las creencias son distintas en cada persona y cada grupo familiar, por lo tanto hay que evaluar cada paciente en particular, pero vuelvo a repetir, yo no consideraría la opción de muerte digna, sino que muy por el contrario, ayudaría a que ese paciente para que pueda resolver sus preocupaciones. He conocido casos en los que muchos pacientes, al enterarse que van a morir por una enfermedad terminal, comienzan a contar cosas que nunca se hubieran imaginado que contarían, o le dicen a sus hijos o hermanos, cosas que les hubiera gustado decirles y nunca lo habían hecho. Creo que el hecho de enterarse y saber que queda determinado tiempo de vida, hace que muchas personas piensen y reflexionen acerca de lo que quisieron hacer durante su vida, y de esta manera tienen el tiempo para hacerlo. En el caso de asistir a la persona con una muerte digna, se le niega al paciente esta posibilidad, y además muchas personas tienen creencias religiosas que no permiten ningún tipo de asistencia, con lo cual se crea un doble problema, primero y mas importante, para con el paciente que tiene el completo y total derecho de vivir, y segundo para con la familia, que según su religión jamás permitiría un hecho semejante.
En el caso de una muerte cerebral completamente irreversible y confirmada, no solo por uno sino varios médicos en una junta o grupo interdisciplinario, se podría plantear la posibilidad pero igualmente el consentimiento tiene que estar, ya sea del paciente o de la familia. No obstante, muchas veces los trámites para realizarlo, así como la preparación psicológica que esto involucra tanto para el paciente como para el médico, hace que la muerte en lugar de ser digna sea más triste aun, trayendo una importante consecuencia para el médico, cuyos deseos de salvarlo se vieron frustrados, como para el paciente, que en lugar de disfrutar los días o meses que aún quedan, estuvo preocupado o deprimido por lo que vendrá luego de morir. Es un planteo y una controversia muy discutible y sobre la cual las opiniones van variando enormemente, también es extremadamente personal, con lo cual es imposible estandarizar una o dos opiniones en torno a esta problemática, y por eso van surgiendo matices que no definen una opinión en particular.
en el caso de que se apruebe la ley, como médico ¿cómo actuaría al respecto? más allá de sus convicciones personales y basándose en sus estudios y lo que estos incluyen como qué entiende un médico por vida, etc.
En el caso que se apruebe la ley, mi postura continuaría siendo la misma. En mi formación y según mis opiniones personales, el hecho de que una persona se entere que está gravemente enferma no significa que este dejando de vivir en ese mismo momento que se enteró. De hecho, en mi opinión, intentaría preservar el derecho a la vida hasta los últimos momentos, porque una persona tiene ese derecho en todo momento desde que existe.
Conozco, aunque no es mi especialidad, casos varios pacientes gravemente enfermos por haber escuchado en los cuidados paliativos, donde muchos especialistas y profesionales de la salud colaboran para mejorar la calidad de vida de las personas con este tipo de enfermedades. Lo que ellos hacen es muy interesante porque tienen sus principios sobre los que se sostienen, y estos tratan sobre escuchar al paciente cuando necesita algo, acompañarlo y lograr que la familia también lo haga. Como dije antes muchos pacientes desean hablar cuando se ven en esa situación, y muchas veces dicen cosas que para ellos son de gran importancia, por lo tanto el acompañarlos es esencial.
Fuentes utilizadas:
- Diario Clarín (versión impresa y online)
- Diario La Nación (versión impresa y online)
- Entrevista a un médico traumatólogo
- Revista VIVA , Clarín domingo 6 de noviembre 2011
- Wikipedia
- Blogdebioetica.com.ar
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